La
sostenibilidad quiere decir que algo es sustentable, resistente, y perdurable.
Es la capacidad de permanecer y mantenerse en el tiempo. La sostenibilidad está
presente en todos los aspectos de la vida, relacionando el medio ambiente, la
sociedad y la economía. Es decir, la sociedad utiliza los recursos naturales
del medio ambiente para producir bonanza económica, pero los tres términos
tienen que estar en equilibrio entre sí, pues si uno de ellos es mayor se
produce una desigualdad, y por lo tanto la sostenibilidad no es viable.
En
cuanto al medio ambiente, se considera sostenibilidad ambiental a la capacidad
de la naturaleza, de los ciclos biológicos que están presentes en ella, tanto
de las plantas como de los animales, a adaptarse a los cambios que en ella se
producen, a absorber su degradación tanto natural como antrópica, e incluso a
sobreponerse de la contaminación ambiental. Tiene mucho que ver con el ciclo de
vida, desde que cualquier ser vivo o elemento de la naturaleza nace hasta que
muere y se regenera.
La
sostenibilidad social es la capacidad de la sociedad de asumir amenazas y
peligros sin derrumbarse, y ser capaz de sobreponerse a ellas. Es la relación
de cuatro aspectos fundamentales, el desarrollo, la conservación, la
democracia, y la igualdad. La sociedad necesita un desarrollo científico,
tecnológico y cultural que le conlleva a un crecimiento social, cada día mayor.
Además tiende a conservar aquellas experiencias y aprendizajes que le son
útiles, aunque sean arcaicos. La sociedad debe ser democrática, pues la
democracia es lo que hace que las personas piensen por sí mismas, y las hacen
independientes y autónomas. Y por último, todos los seres humanos son iguales
ante la ley, sin distinción, haciéndose valer los derechos humanos y la paz. Todos
estos conceptos hacen que la sociedad crezca, que el bienestar social se
produzca junto con un crecimiento de la calidad de vida, entonces es cuando
podemos hablar de que hay una sociedad sostenible.
Y
por último, pero por ello no menos importante, es la sostenibilidad económica,
que no es otra cosa que la capacidad de la economía de mantenerse para que haya
un equilibrio social y ambiental. Es necesario que los costos que se produzcan
puedan ser asumibles tanto por la sociedad como por el medio ambiente, tanto a
nivel monetario como de perjuicios.
Esta
última, quizás es la más difícil de conseguir, pues los seres humanos son
diferentes, con distintos recursos económicos y no todos son capaces de afrontar
grandes costos. Es por ello que la sociedad necesita ser democrática, para
poder elegir al responsable o responsables que se deberían hacer cargo de los
mismos, y hacer valer la ley, de manera que el equilibrio entre los tres
conceptos se mantenga.
¿CÓMO DEFINIRÍAS LA
EDIFICACIÓN SOSTENIBLE?
Si
definimos la edificación sostenible por sus términos, sería aquella
construcción que se sustenta, resiste y perdura en el tiempo, tal cual se ha
explicado anteriormente. Pero esta es una definición muy simplista, pues la
edificación es un compendio de muchos elementos, materiales, sistemas
constructivos, etc.
De
sostenibilidad ya hemos hablado en el apartado anterior, con lo cual,
trataremos la definición de edificación, que comprende todo el conjunto de los
procesos constructivos, sistemas estructurales y materiales utilizados en su
construcción, el tipo de edificación que es, así como todas las fases para su
construcción, el anteproyecto, el proyecto básico, el proyecto de ejecución, la
ejecución de la obra, su control y mantenimiento, normativa que debe cumplir,
gestión de residuos, rehabilitación y reciclaje. Con todos estos aspectos,
observamos que hablamos de ciclo de vida de un sistema edificatorio, este ciclo
de vida debe ser sostenible para que la edificación sea sostenible; por lo
tanto para hablar de edificación sostenible, es necesario que se produzca este
equilibrio entre sociedad, medio ambiente y economía en cada proceso que se
lleve a cabo en la construcción y edificación, es decir en el ciclo de vida de
una edificación. Desde la obtención de las materias primas para los materiales
a utilizar, hasta como se lleva a cabo el reciclaje de los residuos, pasando
por la manera de diseñar del arquitecto y que sus diseños sean equitativos en
cuanto a costos ambientales, económicos y sociales, además de la ejecución por
los obreros en obra y el trato de estos por sus superiores.
¿CUÁL ES TU OPINIÓN SOBRE LA
EVALUACIÓN DE LA EDIFICACIÓN SOSTENIBLE?
Creo
que la mayor parte de la sociedad es muy inmovilista, no pretendo generalizar,
pero sí es cierto que hasta que no vemos el peligro no nos ponemos en marcha.
El tema de la sostenibilidad ya estaba presente antes de que el ser humano
empezara a hablar. El hombre primitivo ya utilizaba los recursos naturales para
hacer fuego, cazar, comer, vestirse y construirse un lugar confortable para
vivir. En este sentido la sostenibilidad no es un término nuevo, sólo que ahora
está en auge o de moda, como se prefiera llamar, debido a la situación en la
que nos encontramos, de crisis económica y social, y a la gran contaminación
del planeta que causa múltiples enfermedades.
Todo
ello nos debería llevar a la reflexión, de que hay que hacer algo para evitar
que el mundo no se vaya al traste, ya sea mediante normativas, publicaciones
científicas, certificaciones energéticas o evaluaciones de sostenibilidad. Creo
que cualquiera de estos métodos son muy valiosos para hacer ver a la gente y
concienciarla en este aspecto, para ello la publicidad y las telecomunicaciones
son los dones más valiosos que el desarrollo tecnológico ha brindado a la
sociedad actual.
En
cuanto a la evaluación sostenible, me parece que es una manera de intentar
mejorar la calidad edificatoria, su metodología creo que es adecuada a lo que
se pretende. Con ella, podemos llegar a mejorar el sistema de construcción y la
metodología de edificación para intentar ser más sostenibles, es decir, gastar
menos, reutilizar y reciclar más, usar tecnologías ecológicas, materiales
reciclables, etc. Pero también creo que esto se pudo haber empezado mucho
antes, pues la sustentabilidad y la capacidad de perdurar siempre estuvo
presente, pero es actualmente que se pone de manifiesto. Si bien es cierto que
nunca es tarde, como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
También
debemos de tener cuidado de las manos en las que cae, creo que mucha gente,
puede verlo como un mal negocio, y no como una mejora que es lo que tiene que
ser, no digo que no se deben ganar beneficios con ella, ni intentar hacer
negocio, sino que lo que tenemos que intentar es que haya este equilibrio entre
el negocio y los ingresos económicos, con el respeto al medio ambiente y a la
sociedad, y no utilizar estos mecanismos para que algunos se hagan ricos con
ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario