miércoles, 7 de enero de 2015

CERTIFICADO ENERGÉTICO EN BARRIO DE CHAMBERI EN MADRID

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La vivienda en el edificio situado en la calle Blasco de Garay, en el céntrico barrio de Madrid de Chamberi, requería del Certificado de Eficiencia Energética ya que sus propietarios lo querían alquilar. 


Se trata de un 6 piso, colindando de espacios habitables tanto  hacia abajo, arriba y a  los lados.


La vivienda data de Octubre de 1975, según escrituras facilitadas por el propietario, es decir proyectado con la normativa anterior al NBE-CT-79, pero el catastro indica el año 1983, año en el que se terminaría de construir, con lo que se produce una inconcluencia de fechas, que tuvimos en cuenta en las observaciones del técnico, de todas formas se utilizó para la certificación el año de la escritura de 1975.





La vivienda con una superficie útil de 40,2m2 y 47m2 construidos, extraída tras medición del inmueble y delineación de planos, y comprobada su concordancia con las escrituras de la vivienda, cuenta con una entrada que da paso a una pequeña cocina y un salón-comedor, una habitación y un baño. La cocina y el baño dan a un pequeño patio interior con orientación Oeste, por el contrario tanto el salón como la habitación tienen orientación este y dan también a un patio interior grande.

A pesar de ser una vivienda interior, es un piso que posee mucha luz por los grandes ventanales de 2,5m2 de superficie de vidrio. Ello favorece a las pérdidas de calor, puesto que se trata de vidrios simples de 4mm con carpintería metálica sin rotura de puente térmico.
Además bajo las ventanas, en todos los muros menos en el del baño, hay una hornacina para radiador, lo cual produce un puente térmico importante.

A pesar de ser un edificio antiguo, su cerramiento es moderno para la época, un cerramiento compuesto por dos hojas de ladrillo con una cámara de aire de 2 cm y otros 2 cm de aislamiento térmico, datos obtenidos de la inspección del inmueble.

El edificio cuenta con calefacción central y acs  central con una caldera estándar a gasóleo-c, antigua y sin aislamiento, lo cual también afectó negativamente a la calificación.



Las emisiones anuales están en 97,63 Kg de CO2 por m2, lo cual proporciona a la vivienda una calificación de G. En todo caso, no dejamos de explicar a nuestros clientes que dicha calificación es muy coherente con el periodo de construcción del edificio, donde no solo no se tenía en cuenta la eficiencia energética en la construcción sino que primaba los precios económicos en la construcción, lo cual genera ahora dichos resultados.

PROPUESTA DE MEJORAS
Observamos que actuando en los huecos, sustituyendo las ventanas por unas más eficientes, e instalando una caldera de biomasa central para todo el edificio, la calificación asciende a una C.



En cambiando actuando solo en la envolvente, añadiendo un trasdosado interior y tratando los puentes térmicos sin cambiar la caldera obtenemos una calificación D.




Si optáramos por  incorporar las 3 medidas, sustitución de ventanas, tratamiento de puentes térmicos y fachada  cambio de instalaciones, seguimos obteniendo la calificación C pero en este caso la demanda de calefacción se reduce considerablemente respecto a la primera medida en cambio  la calificación final a penas varia respeto a la primera.




Observamos que todas las medidas salen rentables, puesto que el VAN teórico sale positivo, y fijándonos en los años de amortización, la segunda mediada sería la adecuada ya que  se tardarían 10 años para amortizar la inversión.


Fuente: Laura Gáez Mosquera

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