Vivir en pleno bosque sería aún más natural que construir una casa de cualquier material ecológico, pero no resultaría ni pizca de confortable. Más bien todo lo contrario , por lo que no puede negarse que la construcción de paja que está levantando la familia Guilhermond en un pueblecito francés puede definirse como un hogar verde.
Los Guilhermond llevan tres años dedicando sus vacaciones y todo su tiempo libre a convertir su sueño realidad, es decir, a finalizar esta casa unifamiliar de dos plantas y 140 metros cuadrados, enteramente construida con paja y madera en el municipio galo Chapelle Enchérie, ubicado en la Región Centro de Francia.
Además de emprender esta iniciativa, la progenitora, Françoise Guilhermond, también acaba de diseñar su propia línea de muebles de cartón, mientras su marido no deja de aprender en construcción sostenible. Sus tres hijos, por su parte, acogen con alegría el proyecto y ayudan para finalizarlo cuanto antes y poder entrar a vivir en la casa con sus padres.
Cuentan que empezaron a construirla sin tener ni idea de cómo hacerlo, y que han ido aprendiendo sobre la marcha. Eso sí, desde el principio tuvieron bien claro que su casa no iba a ser tan débil como aquella de paja del cuento de los tres cerditos, y que todo tendrían que ir haciéndolo ellos mismos.
Y así ha sido desde que empezaron a construirla. No sólo han diseñado los planos y hecho los cimientos, sino que también han cortado madera previamente comprada o han conseguido paja en los alrededores. Así, piano piano, aprendiendo la técnica de construcción natural de forma autodidacta, conforme van levantándola ya están viendo el fruto de su esfuerzo: una casa casi acabada, hecha con materiales naturales o reciclados en los que se han gastado 50.000 euros. Tienen previsto vivir en ella el año que viene por estas mismas fechas.
Fuente: ecologiaverde
Los Guilhermond llevan tres años dedicando sus vacaciones y todo su tiempo libre a convertir su sueño realidad, es decir, a finalizar esta casa unifamiliar de dos plantas y 140 metros cuadrados, enteramente construida con paja y madera en el municipio galo Chapelle Enchérie, ubicado en la Región Centro de Francia.
Además de emprender esta iniciativa, la progenitora, Françoise Guilhermond, también acaba de diseñar su propia línea de muebles de cartón, mientras su marido no deja de aprender en construcción sostenible. Sus tres hijos, por su parte, acogen con alegría el proyecto y ayudan para finalizarlo cuanto antes y poder entrar a vivir en la casa con sus padres.
Cuentan que empezaron a construirla sin tener ni idea de cómo hacerlo, y que han ido aprendiendo sobre la marcha. Eso sí, desde el principio tuvieron bien claro que su casa no iba a ser tan débil como aquella de paja del cuento de los tres cerditos, y que todo tendrían que ir haciéndolo ellos mismos.
Y así ha sido desde que empezaron a construirla. No sólo han diseñado los planos y hecho los cimientos, sino que también han cortado madera previamente comprada o han conseguido paja en los alrededores. Así, piano piano, aprendiendo la técnica de construcción natural de forma autodidacta, conforme van levantándola ya están viendo el fruto de su esfuerzo: una casa casi acabada, hecha con materiales naturales o reciclados en los que se han gastado 50.000 euros. Tienen previsto vivir en ella el año que viene por estas mismas fechas.
Fuente: ecologiaverde
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