martes, 16 de julio de 2013

¿Además de una calificación energética, en qué puede consistir un estudio energético de su edificación?

Estas son las primeras dudas que empiezan a sugir a medida que los clientes van conociendo el tema de la certificación energética. Hoy en boca de todas a causa de la conocida entrada en vigor del Real Decreto 235/2013.
Además de la calificación energética y la generación de un certificado con las obligatorias propuestas de mejoras y el estudio económico de amortización de dichas modificaciones; un estudio energético de un edificio puede incluir asesoramiento de prediagnóstico energético, contratación de energía, análisis termográfico, asesoramiento de productos de las distintas instalaciones e información de posibles subvenciones.

En el prediagnóstico se hace un estudio del consumo de energía, franja horaria de dicho consumo, concienciación del consumo y del gasto generado y sistemas sencillos de ahorro de energía de muy pequeña relevancia.

La contratación de energía en los casos en donde resulte beneficioso salir del sistema TUR para situarnos en el mercado libre puede ser propuesto en los caso en los que fuese beneficioso. Esto se ajustaría a ofertas del mercado y subvenciones.

El análisis termográfico puede ser ofrecido en los casos que por la configuración y volumen del espacio fuese interesante hacer un estudio más pormenorizado y exhaustivo. Los datos revelados por un estudio de este tipo, informan en gran medida de las características constructivas. Este aspecto es mucho más interesante cuando tenemos pocos datos del proyecto y de la construcción del mismo.

El asesoramiento de productos para la instalación como sistemas de refrigeración, sistemas de calefacción, paneles solares, tipos de calderas y muchos otros sistemas, se harán mediante estudio de orientación de la vivienda, exposiciones a la radiación solar y a los vientos, grado de humedad y altitud de la localización, constituyendo uno de los documentos extras más complejos e interesantes de un estudio de este tipo.

La propuesta de arquitecturas pasivas para mejorar la calificación, evitando el consumo energético es una de las mayores preocupaciones y el distintivo de iCERTe como grupo consolidado.

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